Ya hemos hablado de lo malos que somos los seres humanos detectando mentiras, con todo, de
lo que vamos a hablar hoy es de un método de detección de mentiras tan
controvertido como popular. De hecho, se ha afirmado que es la técnica de interrogatorio más empleada en los Estados Unidos. Según los autores del Método Reid, JohnE. Reid & Associates, han entrenado a 500.000 profesionales,
fundamentalmente policías de
Estados Unidos, Canadá, Méjico, Alemania, Bélgica, Japón,
Corea del Sur, Singapur, Arabia Saudí y Emiratos Árabes (Blair y Kooi, 2004). Incluso es posible encontrar el método Reid en su versión de manual (Inbau, Reid, Buckley y Jayne 2001).
Este método tan internacional se basa en el Behavior Analysis Interview (Inbau et al., 2001, p.
173) o BAI y consta de una serie de fases, así como preguntas concretas aplicables a cada caso (p. ej:
“Jim, ¿Cuál crees que es el objetivo de esta entrevista conmigo
hoy aquí?” o “Jim, ¿qué crees que se debería hacer con la
persona que provocó este incendio?” ). La intención es que esas preguntas generarán una serie de respuestas en los interrogados. Si desea ver más ejemplos de las preguntas del método BAI consulte la página 328 de la Fuente (Anexo L). Además, el Método Reid emplea indicadores no
verbales como la postura o la posición de las manos, entre otros.
De esta manera, se asume que quien diga la verdad permanecerá más
erguido y de frente al interrogador. Por otro lado, quienes crucen los brazos, hagan un golpeteo
rítmico con las manos, o bien se arreglen el pelo estarán emitiendo, sin saberlo, marcadores de mentira. Mirar fijamente el entrevistador o mirarle muy
poco también será indicio de mentira. Si el entrevistador realiza
determinadas preguntas y el entrevistado cambia de postura
sistemáticamente ante ellas, también se considerará indicador de
falsedad. Por tanto, parece que estamos ante un método aparentemente capaz de dilucidar la verdad o la mentira en tan sólo unas pocas horas de trabajo.
Pero la pregunta es: ¿realmente funciona? Los investigadores Kassin y Fong (1999) decidieron probarlo. En dicho estudio se entrenó a un grupo de estudiantes de Psicología en la Técnica Reid. La conclusión de dicho estudio fue que: "los participantes no entrenados alcanzaron tasas de
precisión superiores a las de los entrenados. Sin embargo, estos últimos
mostraron más confianza en sus juicios". Por su parte, Blair y Kooi (2004) investigaron la cuestión revisando los estudios disponibles al respecto y sometiéndolos a análisis estadísticos. Sus conclusiones fueron las siguientes: "En general, los resultados sugieren que el modelo de Reid en relación a la
conducta no verbal es demasiado simplista, y en algunos casos simplemente
incorrecto. Uno podría esperar encontrar que las personas entrenadas con la
técnica Reid podrían exhibir una menor precisión en la detección del engaño
(Blair y Kooi, 2004, p. 82)".
De manera contundente, podríamos
resolver la cuestión con lo apuntado por el Doctor en Psicología
Hernán Alonso (2009) al concluir: “En definitiva, los resultados
de los estudios expuestos apuntan a que el entrenamiento en la
Técnica Reid no solamente no mejora la precisión en la evaluación
de la credibilidad, sino que la empeora (Kassin y Fong, 1999)”. Y es que se ha mencionado en diversas publicaciones que la Técnica Reid "arranca" un gran número de confesiones falsas.
La siguiente pregunta que cabe plantearse es: si no es efectivo, ¿porqué se emplea? La respuesta no parece sencilla pero tal vez, tan sólo se deba a la fama de su creador, ya que John E. Reid, desarrolló estudios sobre el polígrafo que le hicieron tan popular como su método, al menos, en los Estados Unidos.
Fuente: Alonso, H. (2009) LOS POLICÍAS COMO DETECTORES DEL
ENGAÑO: INVESTIGACIÓN EN TORNO AL
EFECTO DEL SESGO DEL INVESTIGADOR. Tesis Doctoral. UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Departamento de Psicología Social y Antropología. Disponible en: https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/76195/1/DPSA_AlonsoDosoutoH_Lospoliciascomodetectores.pdf